martes, marzo 29, 2011

La llegada de la modernidad (41)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 248)

"Leibniz, y en eso solamente Spinoza puede comparársele, supo captar la dirección en que se movía la historia moderna. Pero, a diferencia de su extrañamente autosuficiente rival, tuvo un interés mucho mayor por el precio que la humanidad tendría que pagar por su propio progreso. Comprendió que, aunque la ciencia nos dice cada vez más cómo son las cosas, parece decirnos cada vez menos por qué son como son; que, aunque la tecnología revela la utilidad de todas las cosas, parece no encontrar propósito en ninguna; que, a medida que la humanidad extiende su poder de una manera ilimitada, pierde la fe en el valor de los mismos seres que ejercen este poder; y que, al hacer del interés propio el fundamento de la sociedad, la humanidad moderna se ha visto impelida a tratar de definir los objetivos trascendentes que pueden dar interés a la vida. Leibniz consideró a la modernidad más como una amenaza que como una oportunidad. En todos sus trabajos filosóficos, su objetivo era proteger, frente a esta amenaza, nuestra autoestima y nuestro sentido de que todo tiene un propósito; rescatar todo un conjunto de valores de la depredación de lo nuevo. Y no había exponente más peligroso y poderoso de lo nuevo que Spinoza."

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