viernes, abril 29, 2011

miércoles, abril 20, 2011

Easter week T.I.M.E. :-)

Tiempo de volver a mirar a la cara al tiempo:

- ¿Qué haces cuando ya no estás?
- ¿Cómo haces para ser cuándo aún no has llegado?
- Al fin de cuentas, ¿qué eres?

martes, abril 19, 2011

Easter week T.I.M.E. :-)

Tiempo de preparación:

- El lunes de pascua la 'máquina rugirá' más fuerte que nunca
- Ha sido dejada de lado por más de cuatro días
- Más nos vale que el descanso nos valga :-)

lunes, abril 18, 2011

Easter week T.I.M.E. :-)

Tiempo de reflexiones y oración para unos
Tiempo de descanso y relajación para otros
Tiempo de no quitarle tiempo a la familia en todo caso :-)

viernes, abril 15, 2011

T.I.M.E. de música: el 'más inmortal' de los reyes vallenatos: Alejo Durán :-)



Aquí su entrada en la Wikipedia

Aquí un video de muestra de su grandeza (junto a otro grande :-)

jueves, abril 14, 2011

Más que simplemente una nueva imagen de marca en 'La Nacional de Chocolates'


Aquí el sitio web recién estrenado

NUTRESA:

"Grupo Nacional de Chocolates S.A. ahora se llamará Grupo Nutresa S.A.

Como grupo de alimentos somos más que chocolates; tenemos participación en seis negocios, que son: Cárnico, Galletas, Chocolates, Café, Helados y Pastas. Nuestro anterior nombre nos limitaba en la identificación en los mercados y en el público general, al ser denominativo de sólo una de nuestras categorías.

Queremos evitar confusiones entre una filial y la matriz, aclarando que nuestra filial, Compañía Nacional de Chocolates, no cambia de nombre.

El nombre Nutresa también lo asumen las compañías del Grupo que tienen funciones transversales: Cordialsa Colombia, se llamará Comercial Nutresa; Servicios Nacional de Chocolates será Servicios Nutresa; y Fundación Grupo Nacional de Chocolates será Fundación Grupo Nutresa.

Las demás empresas tanto en Colombia como en la región estratégica continúan con sus nombres. Nuestras marcas no se tocan; permanecen intactas.

Medellín - marzo 31 de 2011. En adelante seremos Grupo Nutresa, un nombre que expresa lo que somos y hacemos, un grupo de alimentos con participación en seis líneas de negocio: Cárnico, Galletas, Chocolate, Café, Helados y Pastas, conformado por 44 empresas con presencia directa en 12 países en América y exportaciones a 74 países en el mundo.

“Escogimos Nutresa porque nos permite tener un posicionamiento más claro y distintivo para nuestra organización de acuerdo con lo que somos y hacemos. Es un nombre que está asociado directamente con la nutrición siendo incluyente de todas las categorías de alimentos en las que participamos. Es un nombre de futuro y que está en línea con las tendencias de la industria y con nuestros objetivos” expresó Carlos Enrique Piedrahita, Presidente de Grupo Nutresa.

La selección se hizo sobre la base de un grupo inicial de 64 nombres, respaldada por un proceso profesional que incluyó sondeos e investigación. Hubo un exigente proceso de depuración para finalmente llegar a decidirnos por el que nos representara mejor.

Estamos orientados a ofrecer soluciones alimenticias confiables para el futuro mediante una apuesta constante por la innovación y el emprendimiento, factores que se traducen en un grupo comprometido, emprendedor, vanguardista y responsable con la sociedad."

Y la META:

"Un grupo en permanente evolución

Nuestra visión multilatina 2005 – 2015 establece que juntos lograremos triplicar nuestro negocio de alimentos, proporcionando calidad de vida al consumidor con productos que satisfagan sus aspiraciones de bienestar, nutrición y placer."


Así pues, la promesa es el conjunto unitario que resulta de los elementos NUTRICIÓN, BIENESTAR y PLACER :-)

***

Cárnicos, galletas, chocolate, café, helados y pastas...

La línea de producto que evidentemente le falta a NUTRESA es 'lácteos' ¿Será posible que presenciemos el nacimiento de una nueva marca y oferta? ¿O será más bien que NUTRESA entra al negocio vía adquisición de compañías existentes?

¿O que sus directivos estiman que NUTRESA puede PERMANECER fuera de ESTA IMPORTANTÍSIMA LÍNEA DE PRODUCTO sin dejar se ser fiel a su nueva promesa? Lo dudo. veremos movimiento. ¡Atento ALPINA! :-)

miércoles, abril 13, 2011

La llegada de la modernidad (50) - ¡Última!

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 304)

"... Leibniz y Spinoza siguen sin haber sido superados como representantes de la respuesta de la humanidad, radicalmente dividida en este sentido, ante el conjunto de experiencias que denominamos modernidad. Buena parte del pensamiento moderno simplemente deambula por el espacio que se extiende entre los dos extremos representados por los hombres que se encontraron en La Haya en 1676.

La respuesta activa a la modernidad inaugurada por Spinoza ha suministrado la teoría básica del orden político liberal, moderno, y ha contribuido a cimentar los fundamentos de la ciencia moderna. Su propósito es mostrarnos cómo es posible comportarse moralmente en una sociedad secular, y cómo buscar la sabiduría allí donde nada es seguro. En sus momentos más religiosos o místicos, es la experiencia de una nueva clase de divinidad -o tal vez el renacimiento de una que había desaparecido del mundo occidental durante el período del gobierno teocrático. Sus efectos son fácilmente discernibles incluso en pensadores que han ridiculizado públicamente a Spinoza -Locke, Hume, Voltaire y Nietzsche, para citar tan sólo unos cuantos ejemplos.

Y, sin embargo, a pesar de que el mundo en el que vivimos es probablemente mejor y más originalmente descrito por Spinoza, la forma reactiva de modernidad que empezó con Leibniz se ha convertido de hecho en la forma dominante de la filosofía moderna. Ansiosa por la aparente falta de propósito del mundo puesta de manifiesto por la ciencia moderna; resentida por la amenaza de verse relegada del lugar especial que ocupa en la naturaleza; alienada de una sociedad que parece no reconocer ninguna clase de fines trascendentes; y mal dispuesta a asumir la responsabilidad personal que comporta la felicidad, durante los últimos trescientos años una humanidad menesterosa ha reinventado la filosofía leibniziana de una manera desenfrenada.

[...]

Leibniz fue un hombre cuyos errores tuvieron una dimensión tan acentuada como sus virtudes. Pero fue su ambición, su vanidad, y sobre todo su insaciable y muy humana menesterosidad lo que hace que su obra sea tan emblemática para la especie. Con la promesa de que la superficie cruel de la experiencia oculta una verdad más hermosa y agradable, un mundo en el que todo sucede por una razón y para bien, el glamouroso cortesano de Hanover se convirtió en el filósofo del hombre común y corriente. Si Spinoza fue el primer gran pensador de la era moderna, luego probablemente Leibniz debería ser considerado como el primer ser humano de la misma.

Spinoza, por otro lado, fue señalado desde el primer momento como una rara avis. Teniendo en cuenta su extraña autosuficiencia, su inhumana virtud, y su desprecio por la multitud, la cosa no podía haber sido de otro modo. Pero el mensaje de su filosofía no es que sepamos todo lo que hay que saber; es más bien que no hay nada que no pueda ser conocido. La enseñanza de Spinoza consiste en que no hay ningún misterio insondable en el mundo; ningún más allá únicamente accesible mediante revelación o epifanía; ningún poder oculto capaz de juzgarnos o de afirmarnos; ninguna verdad secreta sobre nada. Hay solamente la lenta y constante acumulación de muchas pequeñas verdades; y la más importante de éstas es que no necesitamos esperar nada más para encontrar la felicidad en este mundo. Es una filosofía para filósofos, que son tan poco comunes ahora como lo han sido siempre".

[FIN]


martes, abril 12, 2011

La llegada de la modernidad (49)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 297)

"En la Ciudad de Dios que Leibniz ensalza en su filosofía, el principio de la caridad reina supremo. Pero en París, Hanover y las otras ciudades en las que residió, Leibniz parece haber asumido que el interés propio era el único móvil capaz de impulsar al ser humano. La pregunta acerca de si el filósofo colocó su bien personal por encima del bien público es probablemente una cuestión de la que tal vez trató de protegerse erigiendo barreras epistemológicas; pero que actuó suponiendo que los demás, como norma, tenían tendencia a hacer esto mismo, parece indiscutible. Leibniz no confiaba en nadie. Aparentemente, en efecto, estaba tan convencido de que los demás no iban a secundar proyectos humanitarios como el suyo, que se vio obligado a robar enormes cantidades de tiempo a dichos proyectos para poder obtener el dinero y el poder que necesitaba para llevarlos a cabo. Los seres humanos son tan interesados, insinuó, que sin la promesa de recompensas y castigos personales en la otra vida, difícilmente es posible contar con ellos para que contribuyan al bien público en esta vida.

El escenario en el que Leibniz representó su vida pertenecía a otro filósofo. La idea del 'yo' implícita en sus acciones no era la unidad permanente de su monadología, sino la frágil colección de pasiones que emerge de la teoría de la mente de Spinoza. El ámbito político en el que buscó empleo no fue el Imperio de la Razón, sino el orden secular representado en las obras de Spinoza según el cual el poder es el primer lenguaje de la política, y la verdad solamente se expresa raramente, y generalmente en broma. Y la premisa de su práctica diaria no era el principio de la caridad, sino la doctrina de Spinoza de que todas las personas y todas las cosas actúan primero y sobre todo por interés propio. Como su Dios, Leibniz quería vivir solamente en el antes y en el más allá; pero como el resto de nosotros, nunca abandonó realmente el presente. La verdad que yace en el fondo de la variopinta forma de ser del gran cortesano es simplemente esta: Leibniz actúo como un spinozista -y sin embargo, él no era en absoluto como Spinoza.

Y aquí está la pista final para comprender el hecho que tuvo lugar en noviembre de 1676. Cuando Leibniz se sentó con Spinoza en la casa del Paviljoensgracht adquirió la clase de cosa que siempre han buscado los filósofos y por la cual no pueden, a la larga, sino sentirse agradecidos: una forma de autoconocimiento. Spinoza le mostró quién era y qué era. Para Leibniz, fue una forma de conocimiento difícil de asumir. Necesitó cuarenta años de vida para que fuese penetrando poco a poco en el interior de su ser, hasta que finalmente se puso de manifiesto en cierta forma de aceptación. Leibniz fue un gran intérprete, un maestro en el manejo de las percepciones y sosteniendo el espejo que nos permite adularnos adulándole a él. Si, justo antes de esta reverencia final, le cayó la peluca dejando al descubierto algo del artista que había debajo, debemos imaginarnos que nos reservó un malicioso guiño y una tenue sonrisa de despedida, sintiéndose al fin cómodo en el papel que tenía que jugar."

lunes, abril 11, 2011

T.I.M.E. de cine: Los colores de la montaña




Extraordinaria película colombiana en doble sentido: por ser obra del realizador colombiano Carlos César Arbeláez, y por retratar simultáneamente lo más terrible y lo más hermoso de nuestro país

¿Qué puede esperar quien se decida a verla?

1.- Nada de sensiblerías baratas estilo Holywood y similares

2.- Nada de finales felices, pero tampoco tragedias gratuitas

3.- Un respeto inmenso hacia todo el dolor sufrido en las últimas décadas en la patria

4.- Un ojo maestro para narrar con imágenes la historia más silenciosa (y silenciada)

5.- Una esperanza que acierta y se convierte así en verdadera esperanza: aquella que sabe que sólo gracias al amor se engendran y crecen hijos que rechazarán el odio: abrigando, otra vez, el amor

viernes, abril 08, 2011

La llegada de la modernidad (48)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 287)

"Probablemente la mejor forma de resumir la posición problemáticamente autotrastornante de Leibniz es decir que era un spinozista que no creía en el Dios de Spinoza. Una consecuencia lógica de esta posición, por supuesto, es precisamente aquella hacia la que Leibniz tendía siempre que intentaba distinguirse de Spinoza, a saber, la de que Dios no existe. El autor del sistema de la armonía preestablecida se pasó toda la vida tildando de ateo al autor de la Ética; pero fue Leibniz quien navegó más cerca de las procelosas aguas del descreimiento.

Todo ello nos deja en una posición mejor para entender, en términos generales, lo que ocurrió durante estos ventosos días de noviembre de 1676 -aunque los detalles del caso permanezcan para siempre fuera de los límites de nuestro conocimiento. En un sentido filosófico y también en un sentido literal, Spinoza le abrió la puerta a Leibniz. Le reveló a su visitante una realidad que, a todos los efectos prácticos, el joven reconoció como el mundo en cuyo interior situaba su propia filosofía. Para decirlo de una forma franca y en cierto modo brutal, le mostró a Leibniz lo que significa ser un filósofo moderno. Pero Leibniz no contempló esta realidad del mismo modo que Spinoza. Al contemplar los ojos negros como el ópalo de su anfitrión no encontró una nueva divinidad. Vio la muerte de Dios. Su filosofía fue en muchos sentidos un intento de cerrar una puerta que hubiera deseado que no se hubiera abierto nunca. Pero era demasiado tarde: ya había cruzado el umbral y estaba al otro lado."

jueves, abril 07, 2011

La llegada de la modernidad (47)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 286)

"En esto se pone de manifiesto algo esencial respecto a la naturaleza de la filosofía de Leibniz y respecto a su peculiar relación con la de Spinoza. La monadología puede entenderse sobre todo como un intento de mostrar que es posible aceptar la existencia de un universo indistinguible en todos los sentidos de aquel que describe Spinoza, y seguir igualmente aferrado a las antiguas esperanzas respecto a Dios y a la inmortalidad, sobre la base de que estos asuntos están más allá de los límites de aquello que puede ser observado o demostrado por Spinoza y los suyos. La prueba de la inmaterialidad de la mente que da Leibniz es simplemente el argumento de que el materialismo de Spinoza no descarta la posibilidad de una fuerza inmaterial indetectable detrás de todas las acciones aparentemente mecánicas; su prueba de la armonía preestablecida es simplemente el argumento de que el paralelismo que observa Spinoza nunca podrá demostrarse que sea el resultado de una identidad y no de una mera coincidencia; su prueba de que el mundo tiene un diseñador es simplemente el argumento de que Spinoza fracasa totalmente en su intento de demostrar que no lo tiene; y su prueba de la existencia de un Dios trascendente es simplemente el argumento de que un Dios inmanente no es un Dios. La filosofía de Leibniz como un todo sigue la pauta que él mismo estableció cuando era joven en su defensa de la transubstanciación. A fin de cuentas, no nos deja con un conjunto de doctrinas positivas, sino con una serie de negaciones. Su trabajo equivale a una deconstrucción de la filosofía moderna en general y del spinozismo en particular. Es en esencia, una filosofía reactiva."

miércoles, abril 06, 2011

La llegada de la modernidad (46)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 285)

"El determinismo de Leibniz le aproxima inevitablemente a las posiciones éticas de Spinoza -e incluso le deja expuesto a los ataques de los mismos antagonistas ortodoxos. Por ejemplo, en la medida en que la decisión de Dios de crear el mejor de todos los mundos posibles es 'inmutable', como dice Leibniz, es absurdo rezarle, tan absurdo como sería rezar al Dios de Spinoza con la esperanza de que las cosas sucedieran de una manera alternativa. Además, en la medida en que todo lo que una mónada hace está ya contenido en su concepto, se necesitaría una mente con un talento jurídico tremendo para demostrar que las mónadas cometen pecados por su propia libre voluntad. Russell llega hasta el punto de acusar a Leibniz de echar mano de 'subterfugios vergonzosos' en sus esfuerzos por ocultar el hecho de que, para él, todo pecado es un 'pecado original, la finitud inherente de toda mónada creada'.

Leibniz trata de abordar el asunto diplomáticamente, sugiriendo, por ejemplo, que las mónadas pueden elegir hacer el bien guiando sus esfuerzos de acuerdo con la 'presunta voluntad' de Dios. Leibniz no es muy claro respecto a cómo se 'presume' cuál es la voluntad de Dios; pero un spinozista inferiría indudablemente que la 'presunta voluntad' de Dios es una forma metafórica de aludir a la comprensión de nuestras propias naturalezas esencial e inherentemente finitas, pues esto es lo que constituye nuestra contribución a la comprensión de los planes que tiene Dios para el universo. Pero, naturalmente, esta maximización del conatus individual es precisamente el camino que, en su Ética, propone adoptar Spinoza."

martes, abril 05, 2011

La llegada de la modernidad (45)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 280)

"Sin embargo, si bien la diferencia teórica entre el paralelismo de Spinoza y la armonía preestablecida de Leibniz es fácil de entender, las implicaciones prácticas de esta diferencia son mucho más difíciles de captar. ¿Cómo, podríamos preguntar, puede detectar un observador neutral si está en un universo leibniziano y no en uno spinozista? En ambos casos, al fin y al cabo, cada acto mental sin excepción se produce en paralelo al correspondiente evento físico. Por principio, no hay manera de establecer mediante la observación si esta aparente unidad de mente y cuerpo es consecuencia de una identidad subyacente, como sugiere Spinoza, o si es una asombrosa coincidencia, como aduce Leibniz. En fecha tan temprana como 1712, y nuevamente en 1720, los críticos de Leibniz afirmaron rotundamente que no podían distinguir la diferencia. De hecho, decían, la armonía preestablecida de Leibniz es un plagio de la doctrina del paralelismo de Spinoza."

lunes, abril 04, 2011

¡Mi voto por....

...el que diga (y demuestre) que va a bajar los impuestos a la mitad;

y con lo que quede, sea capaz de hacer el doble!

:-) :-) :-)

PS: Bogotá D.C., Colombia, elige alcalde este 2011

viernes, abril 01, 2011

La llegada de la modernidad (44)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 280)

"Naturalmente es posible ser determinista y no ser spinozista, y, a primera vista, este es precisamente el espacio que Leibniz parece querer ocupar. El determinismo de Spinoza está estrechamente relacionado con su doctrina del paralelismo, según la cual la mente y el cuerpo prosiguen caminos paralelos por la vida porque son la misma cosa vista desde perspectivas diferentes. El determinismo de Spinoza, en otras palabras, consiste en la afirmación de que todos nuestros actos mentales pueden, en última instancia, hacerse corresponder con algún proceso físico, que a su vez opera necesariamente de acuerdo con las leyes de la causa y el efecto. El determinismo de Leibniz, por otro lado, surge del interior de la propia mente, y no de la interacción entre la mente y el cuerpo, pues él no acepta esta interacción. Esto es, por el hecho de que todos los predicados están contenidos en el concepto de una mónada es por lo que ésta sigue un camino predeterminado en la vida. De acuerdo con la doctrina de la armonía preestablecida, la mente y el cuerpo se mueven en paralelo solamente porque Dios ha considerado oportuno armonizar las actividades predeterminadas de unas sustancias mentales y unas sustancias corporales independientes, y no porque sean dos atributos de la misma sustancia."