viernes, marzo 04, 2011

La llegada de la modernidad (26)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 231)

"Al sostener que Dios tiene que ser bueno, Leibniz pone el dedo en la llaga de otra paradoja del pensamiento de Spinoza relacionada con esta. Decir que la naturaleza es divina es, en cierto modo, una forma de juzgar al mundo -y normalmente implica que el mundo en su conjunto es bueno. Nietzsche -cuyos derechos a ser considerado un spinozista han sido insuficientemente reconocidos, incluso por él mismo- sugiere algo parecido cuando dice que Spinoza "deificó al Todo" para "afirmar" al mundo. El propio Spinoza dice que el mundo es "perfecto". Pero, según la propia lógica de Spinoza, la totalidad de las cosas está fuera del alcance del juicio humano. No es buena ni mala. Ahora bien, dice Leibniz, si Spinoza no puede afirmar que el mundo sea bueno, evidentemente tampoco puede decir que sea perfecto, excepto en el sentido puramente abstracto que significa "completo" o "que lo abarca todo". No puede juzgar o "afirmar" al mundo de la misma forma que lo haría quien dijera que el mundo es divino. En consecuencia, no tiene derecho a darle a la Naturaleza el nombre de Dios, como afirma tener."

No hay comentarios.: