El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 233)
"En cualquier caso, el rasgo más decisivo y original del relato de Leibniz es su caracterización de la elección de Dios en términos de mundos posibles -y no en términos de cosas posibles. Según Leibniz, Dios no elige entre, digamos, dejar que Adán muerda la manzana o no, sino entre mundos posibles que incluyen o no un Adán mordiendo una manzana. Esto marca lo que Leibniz pensaba que era uno de sus avances decisivos en los diez años posteriores a su viaje a La Haya. En sus primeros escritos, el férreo compromiso de Leibniz con el principio de razón suficiente hacía difícil que pudiera concebir la idea de cosas posibles. Pues, en la medida en que todo sucede por una razón, no hay hechos fortuitos aislados ni acontecimientos aleatorios en el mundo de Leibniz -todo forma parte de un único tapiz causal. 'Debido a la interconexión existente entre todas las cosas', admite en la época en que escribe el Discurso, 'el universo, con todas sus partes, sería completamente diferente desde el principio si en él hubiese sucedido la más mínima cosa de un modo distinto del que efectivamente lo hizo'. Elevando la elección de Dios al nivel de los mundos posibles, sin embargo, Leibniz puede, como quien dice, tener lo mejor de dos mundos: puede mantener el principio de razón suficiente, es decir, admitir que todas las cosas de nuestro mundo están conectadas entre sí de un modo necesario, y al mismo tiempo, mantener que el mundo en su conjunto no tiene por qué ser necesariamente de la forma que es. 'Las razones del mundo', dice, 'se encuentran en algo extramundano'."
miércoles, marzo 09, 2011
La llegada de la modernidad (29)
Publicadas por Rlpr a las 9:18 a. m.
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