miércoles, febrero 23, 2011

La llegada de la modernidad (20)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 175)

"El punto final de la filosofía de Spinoza -el amor intelectual a Dios o bienaventuranza- transfigura todo lo que lo precede. Puede, de algún modo, parecer paradógico y bastante místico. Es la unión del individuo con el cosmos, de la libertad con la necesidad, de la actividad con la pasividad, de la mente con el cuerpo, del interés propio con la caridad, de la virtud con el conocimiento, y de la felicidad con la virtud. Es el lugar donde todo aquello que había sido previamente relativizado en Spinoza -el bien, que era relativo a nuestros deseos; la libertad, que era relativa a nuestra ignorancia; el autoconocimiento, que era relativo a nuestras percepciones imperfectas del cuerpo -reaparece súbitamente en forma de absolutos: el bien absoluto, la libertad absoluta y el conocimiento absoluto.

No puede pasarse por alto que Spinoza asigna una responsabilidad extraordinaria a la facultad de la razón. Una cosa es decir que la razón puede contribuir a aportar orden y aprobación a nuestras vidas emocionales, y otra muy distinta decir que puede llevarnos a una felicidad suprema, continua e imperecedera en una unión eterna con Dios. Sea cual sea el criterio que se aplique, es evidente que la ambición filosófica de Spinoza era extrema."

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