jueves, febrero 10, 2011

La llegada de la modernidad (11)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 156)

"Para los filósofos del siglo XVII, el problema no era tanto la existencia de Dios -pues ningún escritor de entonces, ni siquiera Spinoza, dudaba explícitamente de ella-, sino más bien la función de Dios. Si la ciencia conseguía explicar finalmente todos los hechos de la naturaleza a partir de una serie de principios puramente mecánicos, entonces, parecía claro que el viejo Dios providencial de los milagros se quedaría sin trabajo. La ciencia y la religión -o Dios y la Naturaleza- parecían enzarzados en un conflicto irreconciliable, o esa era la sensación que tenían los filósofos del siglo XVII.

En la Ética, Spinoza presenta su audaz solución al aparente conflicto entre Dios y la Naturaleza, una solución cuyos aspectos fundamentales ya estaban indudablemente claros en su mente cuando fue expulsado de la comunidad judía a los veinticuatro años. Según el punto de vista de Spinoza, para formularlo de una forma sencilla, Dios y la Naturaleza no están, y nunca estarán, en conflicto por la sencilla razón de que Dios es la Naturaleza. "Yo no distingo entre Dios y la Naturaleza como han hecho todos aquellos de quienes tengo conocimiento", le explica Spinoza a Oldenburg. En la parte IV de la Ética, acuña una enigmática frase que desde entonces ha venido a representar la totalidad de su filosofía: "Deus sive Natura (Dios, o la Naturaleza)", que en realidad significa: "Dios, o lo que es lo mismo, la Naturaleza". Sobre la base de esta audaz intuición, Spinoza edifica algo que se parece mucho a una nueva forma de religión -y que debería de considerarse tal vez como la primera religión de la era moderna (aunque también sería correcto decir que, en cierto modo, representaba la reinstauración de una antigua religión olvidada desde mucho tiempo antes).

La "Naturaleza" de la que se trata aquí no es la naturaleza floreciente y rumorosa de la que hablamos normalmente (aunque también la incluye). Está más cerca de lo que entendemos por "naturaleza" en expresiones como "la naturaleza de la luz" o "la naturaleza del hombre" -es decir, la "naturaleza" que es objeto de la indagación racional. En la medida en que Spinoza habla de la Naturaleza con una N mayúscula, se refiere a una generalización respecto a todas las otras "naturalezas". Es la "Naturaleza" de todo, o aquello que hace que todas las demás naturalezas sean lo que son. También podemos pensar en la "naturaleza" como en un "esencia"; la Naturaleza, en este sentido, es la esencia del mundo, es decir, aquello que hace que el mundo sea lo que es."

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