martes, julio 08, 2008

El mensaje (o el acto) equivocado y los estoicos

¿Recuerdan la película de Drácula? El conde, un bravo guerrero de la cristiandad, detiene a los sarracenos pero la astucia envenenante de éstos logra engañar a su esposa - con un falso mensaje de que el conde habría perecido en batalla - y ésta no soporta la pena y muere por propia mano... llega el conde a su castillo para enterarse de la desgracia, y bueno, ustedes vieron la película, el resto es: historia de vampiros...

El mismo argumento, pero esta vez el engaño no lo es sino un malentendido, se usa en Romeo y Julieta y causa la desgracia y la muerte de los amantes...

¿Cómo sabemos que el acto noble, que el impulso bueno de ayudar hoy no es la semilla del mal de mañana? ¿Cómo sabemos por ejemplo que ése infante al cuál ayudamos de alguna manera, salvándole del hambre o el dolor por ejemplo, no será mañana casa del mal y desgracia para otros? Los estoicos dirían que no lo sabemos, que no obstante decidimos y actuamos, que por tanto no esperamos sólo lo bueno ni sólo lo malo como consecuencia: que seguimos más bien atentos al devenir y lo que nos depara (y claro, con moderación - y reserva -, continuamos en nuestros empeños)

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