martes, julio 17, 2007

Otra (.....) más de la digitalización

Desde hace unos años estaba planteada la posibilidad de que las películas para llegar a las salas de cine, a cambio de motocicletas y carretes, usaran la red de fibra o el satélite; lo cual implica claro está producción digital y también proyectores de cine digitales. Lo primero fue resuelto más temprano, lo otro tomó un poco más de tiempo, pues costaba más. Pero ya es un hecho. La novedad sin embargo es otra. The Economist nos reporta.

Desde siempre el negocio de las salas de cine ha tenido que someterse a la dictadura del hábito del espectador: a cine se va (principalmente, ¿80%?) los fines de semana. No goza por supuesto entonces de unas economías muy eficientes. Por eso los cine los martes a mitad de precio, etc. Pero con la culminación del arribo de la digitalización a toda la cadena, canta otro gallo:

"The cinemas' problem is the opposite of that faced by art galleries, theatres and opera houses. Such highbrow outfits tend to have small, select clienteles and are constantly trying to broaden their appeal, often by offering discounts and staying open late on Friday and Saturday nights. Cinemas already have mass appeal and weekend crowds—so in order to bring in more punters, they must entice people with more select tastes... Digital technology makes that easier, since it allows the transmission and display of live, high-definition images. Last season the Metropolitan Opera House in New York beamed six performances live to cinema audiences. It was an unexpected success, luring 324,000 punters who each paid more than twice the cost of an ordinary film ticket. Variety, a trade magazine, estimated that “The Barber of Seville” would have made its top 20 films of the week—not bad for something that appeared on fewer than 300 screens..."

El negocio pues, se ha reinventado. Pronto "ir a cine" significará más de un plan. La difusión de las artes que el mismo cine con su nueva magia quizá llegó a opacar en alguna época podrá resurgir. En fin, buenas noticias por dónde se lo mire... En la maravillosa película Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore, evocadora del tiempo doblemente mágico del plan - por la época y por el recuerdo del infante - un evento central es el incendio de la sala en virtud de un vetusto proyector y lo inflamable de los films: ya tenemos la memoria, ya podemos permitir que el mundo cambie

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