viernes, abril 01, 2011

La llegada de la modernidad (44)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 280)

"Naturalmente es posible ser determinista y no ser spinozista, y, a primera vista, este es precisamente el espacio que Leibniz parece querer ocupar. El determinismo de Spinoza está estrechamente relacionado con su doctrina del paralelismo, según la cual la mente y el cuerpo prosiguen caminos paralelos por la vida porque son la misma cosa vista desde perspectivas diferentes. El determinismo de Spinoza, en otras palabras, consiste en la afirmación de que todos nuestros actos mentales pueden, en última instancia, hacerse corresponder con algún proceso físico, que a su vez opera necesariamente de acuerdo con las leyes de la causa y el efecto. El determinismo de Leibniz, por otro lado, surge del interior de la propia mente, y no de la interacción entre la mente y el cuerpo, pues él no acepta esta interacción. Esto es, por el hecho de que todos los predicados están contenidos en el concepto de una mónada es por lo que ésta sigue un camino predeterminado en la vida. De acuerdo con la doctrina de la armonía preestablecida, la mente y el cuerpo se mueven en paralelo solamente porque Dios ha considerado oportuno armonizar las actividades predeterminadas de unas sustancias mentales y unas sustancias corporales independientes, y no porque sean dos atributos de la misma sustancia."

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