viernes, marzo 31, 2006

Extraña Vida Digital

El hombre de a pie al contrario que el ingeniero registra los avances de la tecnología con otros ojos. Carlos Gustavo Alvarez G. comenta y opina hoy en PORTAFOLIO sobre las ocurrencias de la gente y el impacto en sus vidas derivado de la disponibilidad ubicua de la cámara fotográfica (la máquina de retratar como diría Alberto Casas S. en la W). Predomina en su artículo el buen humor y la ironía.

Otros observadores no la han visto tan grata (me refiero al avance de las tecnologías de la comunicación e informática) y como siempre es útil ampliar el debate ahí va el Wikilink: Paul Virilio. Lo que sigue es un extracto de una entrevista que le hizo Luisa Futoransky en Abril de 1999

"—Usted afirma que el mundo en el que vivimos es un sistema interactivo susceptible de acarrear catastróficas reacciones en cadena; en suma que estamos al borde de la ciberbomba...
PV: En realidad me inspiré en una frase que Einstein dijo a fines de los años cincuenta, justo antes de morir. Rotunda y meridiana: hay tres bombas para el porvenir del hombre; la atómica —que viene de explotar—, la de la información —no existía aún la informática— y la tercera es la demográfica: El concepto me marca profundamente porque ya desde mi trabajo sobre la velocidad soy muy consciente de que la interactividad es a la información lo que la radioactividad es a la energía, vale decir una potencia colosal.
La bomba informática es amenazadora por su interactividad, por su dimensión cibernética; aclaro, no es la información la amenaza, sino la instantaneidad y la inmediatez que llamamos interactividad que se produce hoy día a nivel mundial donde existe un efecto de feedback cibernético absolutamente temible. Tal como puede observarse con la bomba atómica... Ahora recién comprendo los presentimientos del futurista Marinetti: la velocidad es la violencia en todos los ámbitos. Sería más que necesaria una economía política de la velocidad, o de lo que llamo la dromología, una disciplina que se interese en los estragos ocasionados por la velocidad. La bomba atómica de ayer, la genética de mañana no son concebibles sin la tercera, la bomba informática... Después de la primera bomba, la atómica, susceptible de desintegrar la materia por la energía de la radiactividad, surge en este fin de milenio el espectro de la segunda bomba, la bomba informática, capaz de desintegrar la paz de las naciones por la interactividad de la información.
Aclaro que no estoy en contra de la técnica, no soy un ecologista que preconizo: volvamos al tiempo de la carretilla o golpeemos las manos en vez de hablar por teléfono. No, lo que digo es paremos de idealizar y de mitificar los objetos técnicos.
Siempre doy como ejemplo que cuando llegó el ferrocarril nos dijeron, será la democracia universal, y en Europa lo que trajo fue la primera guerra mundial, pues los alemanes acercaron sus tropas en tren. La guerra la ganaron los anglosajones y los franceses, que emplearon a su vez... camiones y dieron un paso más adelante en la destrucción.
La segunda, ¿cómo avanzaba?, a golpes de radio y de teléfono. Hitler grita, y De Gaulle le reenvía el objeto... con el programa radial "los franceses hablan a los franceses".
Lo que yo digo es: ¡atención!, cuando un objeto aparece siempre en forma inmediata será utilizado de manera tiránica, en el mal, y habrá que combatirlo, luchar nuevamente a la manera del combate entablado por Jacob y el ángel."

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