¿Cómo cabe llegar a pensar en que hayan llegado a haber presencias en otra parte, hechas de otra materia, aprehensibles (visibles por ejemplo) sólo por medio de la "INTERFAZ" (que es el "SCREEN" por ejemplo)?
¿Cómo es que hemos sido capaces no ya de crear dichas presencias sino de llegar a creer en ellas (en su verdad diría Platón)?
Se dirá que todo comenzó con la obra de arte plástica de una parte, y con los escritos que en principio eran un registro de la oralidad de otra; (bien dicho).
Pero es que se diría (bien dicho también) que ahora las cosas se han salido de madre: ¿Quién será quien a fin de cuentas si optamos por reconocernos sólo a través del ciberespacio?, lo cual está a la vuelta de la esquina, ¿si el tiempo que vivimos en el ciberespacio, que sustraemos del tiempo que vivíamos fuera de él, un día llegan a ser números equivalentes en horas, y continúa luego creciendo aquél, a expensas del otro, del ORIGINAL? Sería algo así como Alicia traspasando el espejo, quedando ella del otro lado, y de este lado ahora nada (nada para ella o desde ella)
Uno puede volverse loco en el instante (se dice) si se encuentra cara a cara con un otro que es uno mismo; lo cual arguye (prudentemente) en favor de la necesidad de la única identidad de la propia presencia (nada que temer si transmigrando por ejemplo re-aparecemos en otras épocas o lugares tal cual una presencia anterior; cuando más la curiosidad despertada en los que notaran el parecido...)
Pues bien, la mentada salida de madre (de la preponderancia del tiempo real como la caracteriza Nicholas Carr) nos ha puesto ante decisiones como estas:
- Si no vuelvo a "entrar" al ciberespacio será que..., ¡Qué digo!, ¿en verdad puedo concebir y ordenarme no volver a él?
- ¿Es este ciberespacio al fin de cuentas el único al que debo-puedo aspirar - asi sea en algún día lejano - entrar, habitar (ya "entrados en gastos" como se suele decir, ¿qué nos impide pensar en un tercero, un cuarto "espacio habitable"?)?
- ¿Cómo voy a estar seguro - y esto ya es urgente y estratégico- de cuál presencia, si la tradicional o la ciberespacial, merece en general y en cada caso particular, más "tiempo de mi parte", o sea cuánto más o cuánto menos, en cada caso y en general? (con el único antecedente del sueño y la vigilia, es bien poco desde siempre lo que sabemos al respecto - sobre reparticiones como éstas - :-)
lunes, febrero 22, 2010
La presencia que es la otra presencia (la-en-el "cyberspace")
Publicadas por Rlpr a las 3:01 p. m.
Etiquetas: Filosofía y técnica, Internet, Telecomunicaciones
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