martes, febrero 02, 2010

Artistas y filósofos (ante la vida y la muerte)

En la extraordinaria película "Tierra de Nadie" (aquí) hay una escena al comienzo en la cual dos combatientes (su escuadrón está perdido en mitad de la noche) dialogan (es un chiste) unas horas antes del amanecer (momento éste en el cual caerán acribillados por las balas del otro bando); uno de ellos pregunta a su compañero si conoce la diferencia entre un "optimista" y un "pesimista"... aquél responde que no, y la explicación que oímos es la siguiente (más o menos): "Un pesimista es alguien que siempre se está quejando de lo mal que van las cosas, etc. etc.... ¿Y un optimista? Un optimista es quien tiene fe -no importa qué tan mal estén las cosas- de que todo siempre es susceptible de empeorar..." La cámara nos muestra entonces el sol radiante de un amanecer, que deja al descubierto para el enemigo la posición (en mitad del descampado) de los dos ahora adormilados amigos y su escuadrón, y unas cuantas ráfagas a lo seguro terminan cruentamente con sus existencias...

Así lo expresa (con mordacidad) el filósofo (Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, 380):

"La vida de cada individuo, si la contemplamos en su conjunto y en general, y destacamos solo los rasgos importantes, es siempre una tragedia; pero examinada en detalle tiene el carácter de una comedia. Pues la actividad y el ajetreo del día, las continuas molestias del momento, los deseos y temores de la semana, las desgracias de cada hora, todo ello debido al azar que siempre está pensando en gastar bromas, son puras escenas de comedia. Pero los deseos nunca cumplidos, las aspiraciones fracasadas, las esperanzas aplastadas sin piedad por el destino, los funestos errores de la vida entera con los sufrimientos crecientes y la muerte al final, presentan siempre una tragedia. Y así, como si el destino quisiera todavía añadir la burla a la miseria de nuestra existencia, nuestra vida tiene que contener todos los dolores de la tragedia y sin embargo ni siquiera podemos mantener la dignidad de los personajes trágicos sino que en el amplio detalle de la vida hemos de ser irremediablemente ridículos caracteres cómicos."

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