viernes, enero 28, 2011

La llegada de la modernidad (3)

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 112)

"En parte, Leibniz se aproximó a Spinoza con la misma intención con que se puso por primera vez en contacto con Hobbes, Arnauld, Oldenburg y las demás luminarias de la república de las letras. La misión que se había asignado a sí mismo era convertirse en el gran conciliador de todo el universo del pensamiento conocido, el principal érudit de Europa. Spinoza, fuera lo que fuera lo que dijeran sus críticos, se había revelado súbitamente como una parte importante de este universo, y Leibniz no podía permitirse el lujo de renunciar a establecer contacto con esta última supernova de firmamento intelectual. Ni tampoco podía evitar ver a Spinoza como un rival en su búsqueda de reconocimiento. El acercamiento de Leibniz al filósofo de La Haya fue, en suma, fruto de su ambición y de su oportunismo.

Pero había también algo más que eso. Tenemos motivos para pensar que la dura crítica de Spinoza a la religión revelada encontró un oyente receptivo en Leibniz. Es un hecho digno de mención que, a pesar de vivir en un siglo famoso por su fervor bíblico, Leibniz raramente se molestó en citar las escrituras en sus obras filosóficas. Su gran objetivo, al fin y al cabo, era construir una respublica Christiana sobre la base de la pura razón, no a partir de la exégesis bíblica. Según Eckhart, además, el filósofo a menudo afirmaba no ver nada en el Nuevo Testamento "que no fuera simplemente parte de la moral", y con frecuencia se definía a sí mismo como "un sacerdote de la naturaleza" - sentimientos que están claramente en consonancia con los del autor del Tractatus.

Tal vez el vínculo más intrigante entre los dos filósofos pueda encontrarse en aquellas secciones del Tractacus en las que Spinoza bosqueja el contenido de una deseable "religión popular". La esencia del credo que Spinoza propone ofrecer a las masas es la creencia en que "hay un Ser Supremo que ama la justicia y la caridad y a quien todos deben obedecer para salvarse, y a quien deben venerar practicando la caridad y la justicia para con el prójimo". Resulta, pues, que la religión exóterica de Spinoza tiene un notable parecido con las doctrinas teológicas relativas a Dios, la justicia y la caridad que tan vigorosamente defiende Leibniz en su propia obra como "ventajosas" y "útiles" para la humanidad. De hecho, aunque el propio Spinoza no llega a proporcionar los detalles, no sería nada ilógico sugerir que el precepto central de la "religión" exóterica más apropiado para garantizar una buena conducta en el moderno ideal spinozista de una república libre, podría muy bien ser el principio de la caridad combinado con la doctrina del individualismo metafísico - es decir, la creencia en la santidad del individuo - que se encuentra en el centro mismo del pensamiento de Leibniz."

No hay comentarios.: