miércoles, enero 26, 2011

La llegada de la modernidad (1)

El libro El hereje y el cortesano del filósofo Matthew Stewart (en español por la editorial Biblioteca Buridán 2007, traducción de Josep Sarret Grau; original en inglés del 2006) nos ofrece es sus 306 páginas un excelente relato-análisis de las vidas y pensamientos de Spinoza y Leibniz.(El suscrito confiesa que su lectura ha sido su primer acercamiento serio a ellas y ellos).

La llegada de la modernidad, es decir el acabamiento de lo que le precedía que era lo medieval, gravita fundamentalmente en torno a la mirada que el hombre pone a Dios, en torno a la secularización de la sociedad se dirá después.

Para Matthew Stewart, Spinoza es el visionario que nos muestra la nueva era que comienza y cómo darle a ésta una bienvenida; y Leibniz, el otro gran pensador capaz de entender y sopesar dicho advenimiento, pero que a diferencia de Spinoza decide oponerse a éste. Dice Stewart que la frase de Leibniz "Si las mónadas no existieran, Spinoza tendría la razón" revela los sentimientos, inquietudes y certezas más profundos de su autor.

Con los siguientes extractos se quiere despertar el apetito hacia su lectura completa.

El hereje y el cortesano de Matthew Stewart (p. 101)

"Según los teócratas, el estado es el representante temporal de un orden divino. El propósito del estado, con otras palabras, es servir a Dios; y el papel de los eclesiásticos es decirle al pueblo qué es lo que quiere Dios. Lo que Spinoza dice, en cambio, es que el propósito del estado es el de servir a la humanidad; y es el pueblo el que tiene que decirle al estado qué es lo que quiere.

Spinoza, como muchos teóricos modernos, fundamenta la legitimidad de la autoridad política en el interés personal de los individuos. Sostiene que no sólo todos - todas las cosas en realidad - nos guiamos por interés personal, sino que así es como debe ser. "Cuanto más se esfuerza cada hombre y más busca su propio beneficio, más virtuoso es", dice en la Ética. "Actuar en absoluta conformidad con la virtud no es nada más, en nosotros, que actuar, vivir, preservar el propio ser (esas tres cosas significan lo mismo) bajo la guía de la razón y sobre la base de buscar el propio beneficio".

Resulta, por supuesto, que el ser humano que se mueve por interés personal tiene mucho que ganar de la cooperación. Spinoza hace hincapié en el hecho de que, en ausencia de una sociedad ordenada, los seres humanos viven en unas circunstancias miserables. Al igual que Thomas Hobbes antes que él, imagina algo así como un "contrato social" en virtud del cual los individuos ceden sus derechos a un soberano colectivo para adquirir de este modo las ventajas de vivir bajo el imperio de la ley. La función del estado, según este punto de vista, es proveer la paz y la seguridad que posibilitan que unos individuos naturalmente libres cooperen entre sí y de este modo se realicen a sí mismos. Spinoza, con esa concisión tan característica de su obra, lo condensa todo en una fórmula lapidaria: "el propósito del estado es la libertad".

A diferencia de Hobbes, sin embargo, Spinoza..."

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