viernes, marzo 12, 2010

T.I.M.E. de poesía (Gonzalo Rojas por supuesto)

Desde aquí, con la ayuda del poeta, plantándole cara a la multitud de muerte, que tanto terremoto en la misma tierra del poeta, amenaza con acorralarnos en el miedo... ¡A la mierda el miedo (y todos sus secuaces)!

¿A qué mentirnos?

Vivimos, gran Quevedo, vivimos tiempo que ni se detiene, ni
tropieza, ni vuelve.

¿A qué mentirnos con la llama del perfume, con la noche moderna
de los cinematógrafos, antesalas terrestres del sepulcro?
Pongamos desde hoy el instrumento en nuestras manos.
Abramos con paciencia nuestro nido para que nadie nos arroje por lástima al reposo.
Cavemos cada tarde el agujero después de haber ganado nuestro pan.

Que en esa tierra hay hueco para todos: los pobres y los ricos.
Porque en la tierra hay un regalo para todos:
los débiles, los fuertes, las madres, las rameras.
Caen de bruces. Caen de cabeza o sentados.
Por donde más les pesa su persona, todos caen y caen.
Aunque el cajón sea lustroso o de cristal. Aunque las tablas
sin cepillar parezcan una cáscara rota con la semilla reventada.

Todos caen y caen, y van perdiendo el bulto en su caída,
¡hasta que son la tierra milenaria y primorosa!

1946



De Del relámpago (México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1981)

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