El extracto viene de la presentación que hace Pablo Rodríguez del libro "El modo de existencia de los objetos técnicos" de Gilbert Simondon, Editorial Prometeo, 2008
"Los prejuicios antitécnicos proceden de la tan mentada separación de la esfera de la estética en el seno de la modernidad. El objeto técnico es evaluado según la utilidad, mientras el estético es reconocido como parte de la cultura, expresión de lo humano, de lo irrepetible del autor, etcétera. Pero en realidad hay hechos estéticos en los objetos técnicos y hechos utilitarios en los objetos estéticos. Aquí lo que se resalta no son los "terribles" efectos de la técnica en el siglo XX, sino el proyecto de algunas de las vanguardias artísticas, en especial la Bauhaus o el futurismo, de valerse de la autonomía del arte para suprimirla [la separación] y para acercar arte y técnica, que en otros tiempos eran en cierto modo indiscernibles. En este sentido, Simondon elabora la filosofía propia de ciertas vanguardias artísticas mientras posibilita que fenómenos centrales del siglo XX como el diseño gráfico y el diseño industrial sean comprensibles más allá de las esferas bien delimitadas del humanismo. Cuando juzga bellos a los pilones que sostienen las líneas de cables, a las velas de los navíos o a los tractores de los campos en relación con la función que cumplen en sus respectivos mundos, sin dudas resuenan los ecos de aquella provocación de Filippo Marinetti en el Manifiesto Futurista: "un automóvil que ruge corriendo a velocidad de ametralladora es más bello que la victoria de Samotracia". Quizás sólo ahora podamos ver al futurismo no como una corriente artística alocada cercana al fascismo, sino como un saber propio de una época técnica.
Esta separación entre lo útil y lo estético, a su vez, procede del quiebre de lo que Simondon llama "el mundo mágico primitivo", en el que (más allá de lo equívoco que pueda sonar hoy la remisión a lo primitivo) sujeto, objeto y mundo constituían una red de puntos clave que concentran energías, espacios y tiempos. En los puntos-clave la distinción entre sujeto y objeto no existe: un monasterio construido en la cima de un promontorio no obedece a la necesidad del hombre de acercarse a Dios, o de crear un sistema de defensa frente a ataques externos, sino que expresa la fuerza de ese promontorio y la del monasterio que a su vez hace del promontorio otra cosa distinta del mero accidente geográfico. No es necesario que este mundo mágico sea ubicado con precisión en el tiempo, porque de hecho puede ocurrir en cualquier momento. Pero la vivencia de Occidente se escindió en un aspecto subjetivo que se hace cargo de la totalidad, que es la religiosidad, y un aspecto objetivo que asume lo particular, esto es, la tecnicidad. Si el pensamiento no es capaz de remontarse a la instancia de esa separación, permanecerá preso de la concepción normal de la técnica, por más compleja que se pueda presentar. Simondon afirma que el universo estético sería algo asi como el "recuerdo" de esa ruptura en la medida en que el objeto estético está a caballo entre la tecnicidad y la religiosidad. Este es el motivo por el cual la filosofía contemporánea tiene como misión primordial acercarse al pensamiento estético, y el filósofo, además de tecnólogo, debe poder convertirse en artista."
viernes, marzo 06, 2009
Filosofía, técnica y estética
Publicadas por Rlpr a las 7:55 a. m.
Etiquetas: Filosofía y técnica
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1 comentario:
"La relación que el arte tiene con la técnica es constitutiva, a diferencia de otras relaciones -por ejemplo con la ciencia o con la política o con la religión etc- En la antiguedad griega, de hecho, la palabra techne cubría los dos conceptos, sólo en la época moderna, con el nacimiento (en el 700) de la estética, se perfiló la posibilidad de una disociación y, por tanto el espacio para una serie de relaciones significativos, abiertos a múltiples formas de discusión y alianza, formas que, en realidad, continúan evidenciando entre los dos términos un nexo más estrecho (y problemético) de aquel que se da en otras relaciones. Esto queda confiermado por el lenguaje ordinario, que ha conservado esta inherencia en un sustantivo como "artefacto", y de modo aún más fuerte, en un adejetivo como "artificial"." En: Lo stato dell' arte. L' esperienza estética nell' era della tecnica.
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