viernes, febrero 15, 2008

The democratic republic of eBay (continuación)

Ahi va la reflexión...

¿Por qué no al control centralizado (a cambio del de compradores - vendedores)? Sencillamente porque el poder derivado de éste, que se concentra en humanos comunes y corrientes que no tienen nada que perder (como si lo tienen compradores y vendedores), burócratas en una palabra, es el primer paso hacia la corrupción; y en todo caso nada hace presuponer que harán bien su tarea o al menos mejor que quienes si tienen gran interés en que así se haga (compradores y vendedores)

¿Qué opciones tiene eBay de cara a los comportamientos de humanos (también éstos comunes y corrientes) que buscan distorsionar los mecanismos de auto-control?

1. Darle más poder a cada vendedor-comprador individual (no menos). Esto se logra haciendo más transparente (o sea publicando más información) de cada transacción: que todo comprador y vendedor esté siempre identificado plenamente ante todos (por ejemplo con perfiles públicos como los de LinkedIn), que cada comprador y vendedor no sólo pueda, sino que deba, calificar a su contraparte y que ésta calificación discrimine los varios aspectos de la transacción (exactitud de la oferta, cumplimiento en la entrega o en el plazo y condiciones del pago, etc.)

2. Darle más razones a los usuarios de volumen (que deben coincidir amplia y naturalmente con los más honestos) para tener que resguardar su arduamente ganada reputación: premiarlos en una palabra, por el volumen de transacciones y calificaciones que conducen dentro del sistema. Otorgárles por ejemplo poderes especiales de veto a usuarios deshonestos, mayores comisiones en la transacción, etc.

3. Se dirá que sigue en el aire la respuesta a la pregunta ¿cómo identificar a los usuarios deshonestos que usan el sistema de calificaciones para intimidar? No es necesario, bajo las exigencias de un escenario como el descrito en 1 y 2 se retirarán por su propia cuenta del sistema

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