martes, junio 12, 2007

La (otra) memoria de los hombres

Nicholas Carr discurre con un tono entre irónico, mercadológico y filosófico sobre la extensión y tensión en marcha de dejar registros digitales de nuestras vidas por todas partes (como este blog por ejemplo)

"As surprising as it may seem, we're probably only in the early stages of this phenomenon. Big companies like Microsoft, Apple, Yahoo! and Google, as well as many internet startups, are working hard to give us new and even more powerful tools for recording our lives. They want to make self-recording automatic, as natural as breathing. Their goal isn't just to sell us more computers and cameras; they know that the more details of our existence that we encode and send over the internet, the more they'll learn about who we are, how we act, what products we'll buy and what advertisements will catch our eyes. The more we reveal about ourselves, the more attractive we become as targets for marketers..."

¿Qué se puede decir?

1. No es sólo memorizar, es extender a un nuevo espacio el trato con el otro; como cuándo mostrábamos el albúm de fotos a la visita
2. Pero si es memorizar lo más importante, para el otro, para el que vendrá; antes, sólo los artistas con el genio y la técnica suficientes podían dejar registros de su mirada, de su voz

Diría Clayton Christensen (digo yo que diría él) que la cámara fotográfica y de video, el mash - up de los blog, hasta el Twitter, etcétera son las técnicas y las artes de los que jamás serán (¿seremos no?) grandes creadores: pintores o escritores. Una innovación social disruptora cuya virtud no será sacar el artista que no tenemos dentro, pero que igual nos va aliviando día a día de la angustia del silencio y la oscuridad, que si es mejor que queden por fuera...

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