martes, mayo 20, 2008

¿Y cuál es la esencia de la búsqueda?

A propósito de Google y sus últimos avances con el producto

La premisa, sin duda, es que lo que buscamos no está a la mano, está oculto. No oculto por nadie, sencillamente oculto para nosotros que lo buscamos. O al revés: nosotros que llegamos a esta tierra y desde que nacemos aprendemos, presentimos que siempre nos falta más que desocultar para aprenderlo... Google comenzó ocupándose de la Web, o sea de la información publicada en la Web sin destinatario aparente. Pero luego muy rápidamente saltó al mundo de la realidad no virtual; con Google Earth, con Google Books, etc. Ahora entonces podemos buscar "lo que no se nos ha perdido" en cualquier rincón del mundo de a pie y del de la virtualidad; pues mucho del mundo de a pie está consiguiendo su contraparte en el de los teclados. Así Google tiene más qué buscar o lo que es lo mismo, nosotros podemos llevar a cabo más búsquedas a través de Google. Cuando buscamos para desocultar queremos tener a la mano (o al ojo en la pantalla) lo lejano; lo lejano es lo que aún no hemos experimentado pero de lo cuál sin embargo presentimos su existencia. Buscamos para comprobar que el presentimiento es real o que estaba equivocado, que no había nada que presentir. Buscamos pues, porqué la ocurrencia de que hay algo más allá no nos abandona nunca desde que entramos en uso de razón... Ahora, con Google, nuestras búsquedas se afectan también por sus habilidades de buscador: la esencia de la búsqueda es a diario modificada por la esencia (y competencias) del buscador. Lo cuál pone al buscador de por medio más sólo de por medio no como fundamento: el buscador es un buscador de respuestas, sólo nosotros podemos darle vida (existencia) al ofrecerle nuestras preguntas, o sea nuestras búsquedas

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