martes, febrero 28, 2012

Ya tenemos una medida...

... de la extensión del impacto de la técnica (vista ésta como "Gestell" - Heidegger) resultado de toda acción particular del ser humano de nuestros tiempos: por ejemplo cuando nos comemos un coctel de langostinos :-)

Aquí la columna completa de Jose Fernando Isaza en El Espectador del miércoles 22 de febrero de 2012

Extracto:

"A pesar de los compromisos del Protocolo de Kioto, las emisiones atmosféricas de gases de invernadero siguen en aumento. En 2009 se enviaron 24.100 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a 3,5 toneladas por persona. En EE. UU. la cifra es 21 toneladas por habitante y en Colombia 1,36.

...

Un lujo gastronómico como el langostino tiene una huella de carbón elevadísima. Según B. Kauffman, de la Universidad de Oregón, la mayor parte de los langostinos que se consumen se producen en estanques construidos en zonas de manglares. El cultivo modifica las características del agua, por lo cual la vida media del estanque no supera los 5 años. La producción de langostinos por hectárea y por año varía entre 50 y 500 kilos. La destrucción de una hectárea de manglar envía a la atmósfera 1.472 toneladas de CO2. Con los anteriores supuestos, y tomando una productividad media de 200 kilos por hectárea, se tiene que un coctel de 100 g de estos crustáceos provoca una huella de carbón de 150 kilos de CO2. Esto sin considerar la energía para producir los alimentos que consume, transportarlo y mantener la cadena de frío. El aporte a la atmósfera de gas de invernadero equivale a la emisión que hacen 17 galones de gasolina. En términos comparativos, la contribución al calentamiento atmosférico de este manjar equivale a la que produce un paseo de cerca de 500 kilómetros en carro."

No hay comentarios.: