Ernst Jünger, La Movilización Total, extracto inicial
"1. Repugna al espíritu del heroísmo que se busque una representación de la guerra en un nivel donde la actividad humana ejerce aún un control. Porque, corrientemente, la forma pura de la guerra sufrió a través de la geografía y de la historia humanas múltiples transformaciones, y adopta máscaras y disfraces que ofrecen un espectáculo fascinante al espíritu.
Tal espectáculo hace pensar en volcanes que vierten siempre la misma lava, mientras las regiones donde se desarrolla esa actividad telúrica son muy diferentes. Haber participado en una guerra se asemeja de alguna manera al hecho de encontrarse en una zona amenazada por una de esas montañas vomitando fuego. No obstante, el Hekla de Islandia es muy diferente del Vesubio, que domina la bahía de Nápoles. Pero la diversidad de los paisajes se va diluyendo a medida que uno se acerca a la mandíbula ardiente del cráter. Allí donde irrumpe la pasión en sentido estricto, es decir, primeramente en la lucha inmediata y simple por la vida, es accesorio conocer la fecha del combate, las ideas que lo justifican y el tipo de armas utilizado. Pero no es ese el tema del siguiente ensayo.
Por el contrario, trataremos de reunir un cierto número de hechos que distingan la última guerra -nuestra guerra, el acontecimiento más importante y decisivo de nuestra época- de todas las otras cuyas vicisitudes han llegado hasta nosotros."
viernes, febrero 17, 2012
T.I.M.E. de filosofía
Publicadas por Rlpr a las 7:49 a. m.
Etiquetas: Filosofía y técnica
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