La innovación como las monedas tiene más de dos caras, tiene tres. La innovación es el alimento que da vigor a la empresa: aumenta su caudal de ingresos o reduce sus costos y gastos, muchas veces ambos. La empresa innovadora obtiene la preferencia del mercado porque su oferta incorpora más beneficios, o cuesta menos (muchas veces ambos), o porque es resultado de un reacomodo beneficioso de todo el ecosistema que interactúa para hacer realidad el producto. Ilustremos con ejemplos de nuestra pródiga tierra colombiana.
TRANSMILENIO. ¿Cómo logra transformarse el otrora caótico servicio de transporte público de Bogotá? Incidente losas fracturadas aparte, nadie discute que el sistema TRANSMILENIO ha mejorado sensiblemente la satisfacción del usuario. Menos tiempo de viaje, alta probabilidad de poder anticipar con escaso error cuánto va a tardar el desplazamiento, comodidad y seguridad en el acceso, son sólo tres entre los beneficios más protuberantes. Los $ 1.500 que cuesta el pasaje se reparten elegantemente para que el sistema funcione libre de fricciones: (1) entre los que invierten en buses y operan las rutas, principales y alimentadoras, (2) los que recaudan el importe y coordinan la logística del tráfico de buses y pasajeros, y (3) el Distrito Capital, que construyó y mantiene vías, estaciones y puentes peatonales de acceso. Todo un Ecosistema (con mayúscula), algo realmente diferente al “modelo” del fatigado conductor en la desvencijada buseta que con una mano cobra y da las vueltas mientras con la otra le da a la cabrilla intentando simultáneamente esquivar el hueco y adelantar a su competidor para disputarle el próximo aterrado pasajero… que no se ocupa tanto de cuánto va a tardar en llegar como de llegar en una sola pieza.
LA LEY “EMILIANI”. ¿Puede haber mayor ingenio de proceso que extender el fin de semana sin reducir la semana siguiente? Desconozco si existen estudios que hayan medido el impacto económico de esta innovación, pero saltan a la vista los ahorros y beneficios conseguidos: (1) Ampliación del número y calidad de opciones de descanso de fin de semana (2) Eliminación de la duplicación del efecto “lunes por la mañana”, (3) Eliminación de la duplicación del efecto “viernes por la tarde”. El tiempo libre, cuando bien aprovechado, nos hace tan productivos como el tiempo trabajado… cuando bien trabajado.
EL VALLENATO, LA BANDEJA PAISA Y EL AGUA DE PANELA. ¿Cabe pensar en un triunvirato más colombiano? Seguramente si, porque Colombia está llena de ejemplos de productos y servicios cuya esencia es el distinguir culturas, regiones y tradiciones que surgen de nuestra singular (como tantas veces se ha dicho) geografía, clima e historia. ¿Somos innovadores? Si rotundo. Tanto como lo fueron los alemanes con la imprenta, los ingleses con la máquina de tejer y los americanos con el automóvil. Pero nuestra historia nacional es reciente y el mundo espera ahora novedades de otra índole ¿Se le ocurre a usted algo (por ejemplo), que solo pueda producirse a 2.600 metros sobre el nivel del mar?, ¿Se le ocurre a usted algo, cuya denominación de origen, San Bernardo del Viento (por ejemplo), lo haga irresistible al paladar Europeo o Japonés?, en fin, ¿Se le ocurre a usted algo (como en varias buenas telenovelas), en dónde hasta de nuestras debilidades y falencias sea posible obtener sonrisas… y una buena cantidad de dólares?¿Qué se le ocurre?
lunes, noviembre 30, 2009
Nuevos productos, procesos y modelos de negocio
Publicadas por Rlpr a las 9:00 a. m.
Etiquetas: Mercadeo
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