miércoles, septiembre 22, 2010

Heidegger nos alertó sobre la "habladuría"...

... y Carolina Sanín aquí en El Espectador del 11 de septiembre nos dió el ejemplo sublime (que prueba que Heidegger ya en 1927 - Ser y Tiempo § 35 - tenía sobrada razón en sus observaciones)

Heidegger:

"La comunicación no hace “compartir” la primaria relación de ser con el ente del que se habla, sino que todo el convivir se mueve en el hablar de los unos con los otros y en la preocupación por lo hablado. Lo que le interesa es que se hable. El haber sido dicho, el dictum, la expresión, garantiza la autenticidad del habla y de su comprensión, así como su conformidad con las cosas. Y, puesto que el hablar ha perdido o no ha alcanzado nunca la primaria relación de ser con el ente del que se habla, no se comunica en la forma de la apropiación originaria de este ente sino por la vía de una difusión y repetición de lo dicho. Lo hablado en cuanto tal alcanza círculos cada vez más amplios y cobra un carácter autoritativo. La cosa es así, porque se la dice. La habladuría se constituye en esa repetición y difusión, por cuyo medio la inicial falta de arraigo se acrecienta hasta una total carencia de fundamento. Y, además, la habladuría no se limita a la repetición oral, sino que se propaga en forma escrita como “escribiduría”. El hablar repetidor no se funda aquí tan sólo en un oír decir. Se alimenta también de lo leído a la ligera. La comprensión media del lector no podrá discernir jamás entre lo que ha sido conquistado y alcanzado originariamente y lo meramente repetido. Más aun: la comprensión media no querrá siquiera hacer semejante distinción ni tendrá necesidad de ella, puesto que ya lo ha comprendido todo."

Carolina S.:

"Se trata de un tema perfecto para que los medios de comunicación se recreen en su propia superficialidad: evoca una imagen espectacular (la de la quema de libros) y universalmente condenable, que da paso a un fácil consenso sin que se tenga que tocar siquiera el objeto en cuestión. Todos los locutores del programa decían con vehemencia que es condenable quemar el Corán porque es un libro que importa a muchos, y porque quemar libros es feo: lo hicieron los nazis, que fueron pésimos. Pero ni este medio —ni tampoco otros locales— han pensado en aprovechar la coyuntura para explicar qué es el Corán: cuándo se compuso, en qué lengua está escrito, qué contiene, quién lo lee, y cómo no es un manual para derribar edificios. Y eso, dejar cerrado a cal y canto un libro que alguien propone quemar, sin sentir el menor impulso por abrirlo y así arrojar luz sobre los prejuicios acerca de lo que dice, no está muy lejos de la idea de quemarlo; de hecho, es una condición para que la idea de la quema tenga lugar."

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Tras lo cual es imperativo decir que la joven columnista con su perspicacia (de escucha y así ella sí, periodista), salvó a "los medios" de tener que admitir su total postración :-)

PS: A Heidegger de seguro le interesaban un comino "los medios", pero si le interesaba dar cuenta de la "caída" del hombre moderno, "caída" para la cual "los medios" han sido capaces de mostrarse paradigmáticos (si es que hacía falta más ejemplo)

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