jueves, julio 09, 2009

Más anti-mercadeo (en Colombia)

Editorial de El Tiempo de ayer: El pulso con los parqueaderos

Otra ilustración de lo que ya habíamos dicho aquí hace un par de días: la "regulacionitis" y el espíritu "contra la gente" disfrazado de defensoría de la gente

Sólo hay una cosa más perversa que la fijación de lo precios por parte de burócratas: que ésta se presente como un acto de defensa de los intereses del consumidor

1. Un empresario sólo puede prestar un buen servicio si puede fijar el precio que le reporta la utilidad correspondiente: correspondiente a prestar un buen servicio

2. A los consumidores sólo les interesa pagar por buenos servicios: pagar por servicios deficientes (como casi todos los que presta el estado, aquí y en la conchinchina) es equivalente a perder el dinero (por eso tanta gente se va de un país a otro, también)

3. Un burócrata no tiene la más mínima idea (ni el más mínimo interés) en "fijar" un "precio razonable": recuérdese por ejemplo cuando la huelga de Telecom de dos meses de principios de los 90 (cero servicio de larga distancia): la tarifa regulada de la época (larga distancia nacional) era en promedio $800, de la época, por minuto (al que no me crea busque un directorio de páginas amarillas, de la época)

"Extracto" completo :-) (la "visión" del editorialista, de cómo funciona una buena economía, es para llorar; cabe preguntarle: ¿no le parece mejor que el gobierno fije la tarifa en $10 por minuto y ud. señor editorialista se queda con la tarea - bien hecha por favor - de gestionar todos los parqueaderos de la ciudad?)

"En años recientes, han sido varios los intentos infructuosos de la Alcaldía de Bogotá por regularizar el funcionamiento de los 14.000 parqueaderos de la capital. Son variadas las problemáticas que aquejan al sector y van desde la proliferación de los estacionamientos en sitios prohibidos hasta las quejas de los usuarios por sobreprecios.

En aras de introducir un mayor control, la Secretaría de Movilidad del Distrito anunció la semana pasada el decreto 286, que autoriza el cobro por minutos y con un tarifa entre 37 y 87 pesos. Esta decisión de la Administración distrital produjo durante el fin de semana un abierto desacato de varias cadenas de estacionamientos, que, además de desafiar de manera directa al alcalde Samuel Moreno, obligaron ilegalmente a los usuarios a pagar por dos horas de parqueo, como mínimo.

En este pulso con algunos parqueaderos, las autoridades distritales no pueden darse el lujo de ceder. Aunque los gremios tienen todo el derecho a protestar por las decisiones gubernamentales que afectan sus intereses, violar los reglamentos y abusar de sus clientes no es el camino más indicado para convencer a la Alcaldía de cambiar de decisión. Al contrario, es deber de la Administración proteger a los ciudadanos inermes de tarifas arbitrarias y cobros ilegales.

Al igual que con la ampliación del pico y placa, el alcalde Moreno debe mantenerse en su posición, a pesar de las fuertes presiones. Además, la Secretaría de Movilidad tiene que seguir tramitando las denuncias de la ciudadanía y aplicar sin vacilaciones las multas y las sanciones a que estos establecimientos se han hecho acreedores.

El cobro por minutos es una medida racional que le da claridad al consumidor sobre el tiempo que paga y, con una tarifa adecuada, le reconoce al estacionamiento su margen de utilidad. Asimismo, el Distrito dejó abierto un abanico y reconoció las diferencias entre los miles de parqueaderos de la ciudad. Para la Alcaldía, los 87 pesos de techo son un estándar justo para clientes y empresarios.

Sería lamentable que, tras un par de jornadas de desacato y de abuso con el usuario, los estacionamientos terminen premiados con un aumento en el esquema de tarifas. Que la Alcaldía ceda en decisiones que benefician a los habitantes de la ciudad sienta un nocivo precedente para futuros pulsos con otros sectores políticos, sociales y gremiales."

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