viernes, febrero 20, 2009

T.I.M.E. de poesía

Gonzalo Rojas (otra vez :-)

Contra la muerte

Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.

De Contra la muerte, 1964.

Y un par de líneas biográficas:

1917 Nace el 20 de diciembre en Lebu, Leufu, "torrente hondo", en mapuche. "Puerto marítimo y fluvial, maderero, carbonífero y espontáneo en su grisú, con mito y roquerío sube-oceánico, de mineros y cráteres -mi padre duerme ahí-; de donde viene uno con el silencio aborigen" (Nota al prólogo de Oscuro). "El paraje de mi niñez es el Golfo de Arauco, y ese pueblo carbonífero de Lebu. Maderas casi palpitantes, tablones de madera con las que sé hacían las casas, esos puentes encima de esos ríos y las grandes rocas contra el oleaje, todo eso lo veo, lo registro, lo huelo, lo mismo en Pekín que en Nueva York o en cualquier párrafo del planeta por donde uno anda (...). Infancia -paraíso-, remolino del Pacífico sur, minas de carbón debajo del mar. De ahí viene, creo, más que la velocidad, la vertiginosidad de mi palabra entre el murmullo y el estallido" (Zapata:121). Su familia ha llegado allí a. comienzos del siglo, desde el Norte chico.

NOTA: todos los poemas de Gonzalo Rojas reproducidos en T.I.M.E. han sido tomados de aquí

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