Tomado de El Trabajador, Ernst Jünger, p.314
"La frase de Overbeck: 'A Nietzsche no hay que tomarlo en serio como hombre docto, pero sí que hay que tomarlo muy en serio como pensador', tenía una intención crítica. Sin embargo, es lo mejor que puede decirse de un espíritu que no se alimenta de los textos, sino de la fuente. El filósofo o bien permanece en la línea fundamental del pensamiento, de la cual son únicamente brotes laterales aun las evoluciones más fuertes, o bien se degrada hasta convertirse en un mero peón de gentes chabacanas y, a la postre, también de los filibusteros políticos. Con el mero saber no se mantiene firme nadie.
La libertad espiritual no se otorga; o está presente, o falta. Tampoco se la reclama, sino que se la prueba; y de eso vive el mundo. No hay cosa más sencilla que esa demostración, pero tampoco nada más difícil. Lo que cualquiera podría hacer, ¿quién lo haría?
Todos acuden en masa a sentarse con Sócrates en el banco de los burlones, pero las filas quedan diezmadas cuando se trata de acompañarlo, como hizo Jenofonte, con el escudo y la espada; y cuando se entrega la copa de veneno, la sala se vacía."
miércoles, abril 18, 2012
Esto es para mí: un esfuerzo, otro más, para que no se me olvide
Publicadas por Rlpr a las 7:00 a. m.
Etiquetas: Filosofía y técnica
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