La columna es de Carolina Sanín en El Espectador del domingo, aquí
Extracto
"Coincidencialmente, el New York Times publicó la semana pasada, en días consecutivos, dos piezas sobre salir del clóset. Una está escrita por Benedict Carey y cuenta la historia de Marsha M. Linehan, una psicoterapeuta que reveló su propia enfermedad mental después de haber desarrollado un exitoso tratamiento para pacientes con tendencias suicidas. En la otra, el periodista de origen filipino José Antonio Vargas, ex reportero del Washington Post y ganador de un premio Pulitzer, se arriesga a la deportación al revelar que desde los doce años ha vivido como inmigrante ilegal en Estados Unidos y al describir en gran detalle los fraudes que ha cometido para ocultar su condición.
La salida del clóset es una afirmación política, una hazaña personal, una crítica social y un subgénero literario que se distancia del de la confesión. Quien sale del clóset no cuenta qué ha hecho sino qué es. A través de su discurso no rinde un testimonio sobre la superación de su carácter previo; no se convierte en quien quiere o debe ser, sino que se identifica; define un ser propio que antes no había definido, y se distancia, a través de la revelación, de quien aparentaba ser. No está contrito sino jubiloso, o al menos aliviado. No sólo no busca la absolución o el castigo (o sea, el perdón en ambos casos) como el reo confeso o el político gringo adúltero, sino que tampoco busca ayuda. El que dice “soy homosexual” o “tengo una enfermedad mental” o “soy un inmigrante ilegal” no quiere tampoco presentarse como víctima; no pide que lo acepten entre los normales sino que amplía el concepto de lo normal. No dice que tiene un esqueleto en el clóset sino que nos muestra que él es nuestro esqueleto en el clóset. Y más que decir “yo soy otro” dice “yo, que soy uno más, soy yo”.
...
La atención que estamos prestando a las salidas del clóset, que decretan nuevas exigencias de honestidad, valentía y solidaridad, revela una transformación en nuestra actitud con respecto a la autoridad, la ley, los códigos morales y las barreras impuestas por las mayorías. Es también indicio de un cambio en nuestra concepción de la vida privada y en nuestra recepción del arte que se sustenta en ella, a saber, la literatura."
martes, julio 05, 2011
La i n d i v i d u a l i d a d
Publicadas por Rlpr a las 7:00 a. m.
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