lunes, agosto 04, 2008

El negocio del deporte

La nota la trae The Economist. Fun, games and money se titula este reportaje especial. Es obvio que las grandes audiencias están al origen de lo demás; y además que el consumo de éstas está garantizado en el tiempo: cada cuatro años mundial de fútbol y olímpicos, cada temporada, cada liga, cada verano, cada... El deporte tiene una regularidad de la oferta y del consumo que hace de los campeonatos que con él se tornan mercancía un paraíso de los negocios. Súmesele a aquello la doble facturación, en los escenarios y por cuenta de las transmisiones en vivo y en diferido de la TV

Ahora bien, nada de lo dicho haría posible un negocio si no fuera por la real necesidad de los seres humanos que podemos nombrar: presenciar un espectáculo, en este caso uno de "gladiadores". ¿Qué explica ésta, qué gusto hay para tantos en presenciar el duelo? Es indudable que por una parte mucho del desempeño atlético tiene visos artísticos (de danza pues), algo que agregado al hecho, de que estaría hecho, para doblegar al adversario, les hace que adquieran mayor impacto y saquen del público el aplauso que es la prueba de la satisfacción. Está también aquello de la filiación, de la hinchada, que permite "sufrir y gozar" al espectador no mas por el participar de alguna manera él de la justa y sus resultados. Y está, claro, la expectativa de que muchas veces hasta el último minuto puede cambiar el resultado del juego, lo que agrega y mantiene la emoción y abiertas las apuestas. Ni más faltaba, no podíamos olvidarlo, todos vivimos el juego, todos los juegos, cuando niños, y fueron muchas las horas de disfrute que se nos quedaron grabadas supongo, que ahora ya dedicados al menester de la seriedad, pues nos queda el consuelo de ver y al menos, gritar ¡Goooooool! (por ejemplo) (Así debe de ser que funciona todo ésto)

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